MUSICA

lunes, 2 de septiembre de 2013

SOLITARIO MARINERO






Presurosa subo hasta el cielo mismo,
cuando con fibra apasionada entras dentro mío,
y vas robándome mi aliento contenido,
al tocar mis labios trémulos tu boca de fuego.

Cuando rozan mi húmeda y agitada piel,
tus dedos asombrosos al tocarme,
hacen que mi corazón estalle ante el contacto,
y te ruegue en silencio…no te detengas, cariño mío.

Brota como una plegaria tu nombre,
al dispersarse de mi pecho agitado.
Y me encierro febril entre tus brazos,
para no dejar que escapes de mi lado.

Me guardas de los tormentos de la vida,
que ya en mi carne dejaron sus marcas.
Signos feroces de la soledad inesperada,
y del amor que no supo darme nada.

En silencio tú me amas, solitario marinero,
sin promesas y sin misterios.
Yace tu velero en el puerto de mi alma,
anclado tu amor en el fondo de mi tiempo.

SABES, AMOR?



 
¿Sabes, amor,
  que estoy aprendiendo a andar por la vida
sin vivir?
A fuerza de inventarme cada mañana un motivo,
es que logro tener las fuerzas para levantarme,
y enfrentar a este mundo silencioso, y sin tu amor.

¿Sabes, amor, que a veces lloro mucho?
Y sofoco con mis manos esos gritos desgarrados,
que escapan de mi pecho,
para que nadie sepa que he caído en el infierno,
y no encuentro la salida.

ESTA NOCHE






Esta noche entraré en tu mente,

con la fuerza mágica de mis emociones,

para hacerme con ternura,

dueña de tus sueños.



Te envolveré entre mis brazos,

y harás tu nido en mi pecho.

Desataré para ti el tesoro de mis besos,

para que mi boca sea tu alimento.



Dibujaré para ambos un mundo nuevo,

donde los límites los ponga el cielo,

que nos verá unirnos,

con la pasión de lo que es eterno.



Abriré sin miedos mi cuerpo,

para que lo explores libremente.

Cuando el placer borre el tiempo,

te revelaré al oído cuando te quiero.



Serán mis palabras caricias de fuego,

que encenderán tus ojos bellos,

y volverás a amarme de nuevo,

antes que el sol acaricie con sus rayos,

nuestros desnudos cuerpos.











Junto al muro sellado de tu puerta,

la que esconde tus secretos,

hago guardia silenciosa y desolada,

tratando de hallar algunos de tus sueños.



Mis ojos anhelan traspasar la madera,

para ir más allá de sus límites sombríos.

Descubrir ese quieto reino al que volvías,

cuando de nuestro paraíso te alejabas.



Recluida en este instante de dolor perpetuo,

repito mil veces no será posible,

que detrás de ella pueda verte como antes,

porque no se vuelve de la muerte.



Como una sombra me alejo de tu casa,

para perderme en las calles de tu urbe.

 Llevo en mis manos esos hijos - versos,

que nacieron junto a una promesa una tarde.